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22 de noviembre de 2011

LA CULTURA DEL CHILENO

(Publicado originalmente en COLAPSO!, el 4 de Febrero de 2010)

Es sabido que el chileno es muy especial en muchos aspectos de la vida cotidiana. Que el vocabulario, que las costumbres y que deja todo para última hora, entre tantas otras cosas. Pero por lo que sí destaca, es por sus extrañas “ansias de cultura”, que algunas veces aparecen y otras ni luces de ellas.


Quiero ser cizañero. Pensemos en el caso del cierre de Santiago a Mil, protagonizado por la Pequeña Gigante y su Tío Escafandra. No es necesario decir toda la gente que estuvo a la siga de las mega-marionetas, pero ¿habrá ido tal cantidad de gente a los otros espectáculos que no eran gratuitos? ¿Se habrán llenado? ¿O la gente no iba porque eran muy caros?

La gente pide cultura, siempre lo dicen las encuestas, pero cuando está ahí, no la quiere ver. Cuando dan algún programa del estilo en TV, tiene menos rating que El Hormiguero, porque prefiere ver sangre o sexo en otro canal. Cuando llegan a Chile libros que han sido éxito afuera, el chileno va y lo compra… pirata, o se aguanta a que venga de regalo en algún diario.

Lanzo mis quejas en dos puntos:

- Somos mandados a hacer para pedir cosas, pero cuando las tenemos no las apreciamos. Si tenemos tanta diversidad de espectáculos, obras teatrales y ferias artesanales, ¿por qué no vamos a visitarlas? Te aseguro que sacas algo provechoso para la vida.

- ¿Por qué tiene que ser tan caras las actividades culturales? Eso desmotiva mucho el ir a verlas. Créanme que a veces se cobra en exceso, quizá quién sabe cuáles son los intereses para ello. Si los precios fueran razonables, otro gallo cantaría. Hasta mejor país seríamos.

Las ganas están, queremos culturizarnos. Eso sí, no olvidemos nunca: la cultura no es sólo un charango, una actuación o un monito de greda. Es eso y mucho más. Y todos nosotros, somos parte de ella. ¡Construyámosla juntos!