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17 de octubre de 2010

LA LECCIÓN DE LOS 33

Esta semana nuestro país se vio colmado de alegría y orgullo al ver que, luego de 70 días, los 33 mineros de Atacama atrapados en la mina San José salieran a superficie, sanos y salvos.

Ya mucho se ha saturado hablado del tema en los medios de prensa. Lo que quiero recalcar aquí es que este caso tiene que ser ejemplo para todos los chilenos, no sólo como sociedad, sino que a nivel personal.

Sabemos que tenemos fama de ser un poco flojos y dejados, de estar haciendo todo a última hora, a la rápida, a veces sin preocuparse de que esté bien hecho. Pero también tenemos fama de que si le ponemos empeño a lo que hacemos, lograremos excelentes resultados.

Mediados de agosto, y nadie pensaba que podríamos encontrar a los 33 mineros vivos. No fue gracias al trabajo constante de Golborne, Sougaret y cada uno de los miembros del equipo de rescate que fue posible encontrarlos y, más importante aún, sacarlos de ahí. Sin su fuerza, sin su garra, no habría sido posible el milagro.

Mario Sepúlveda, segundo minero en salir a la superficie, con la imagen símbolo de este gran rescate

La Teletón lo viene demostrando desde 1978. El Chile ayuda a Chile del 6 marzo fue una prueba más. Con el Rescate de los 33, quedó más que demostrado. Somos un país, pero más que un país, somos gente que ante una meta, por muy difícil que parezca, por muy lejana que se vea, le ponemos todo nuestro esfuerzo para lograrla. Nos unimos como si fuéramos uno sólo, sin importar diferencias que no vale la pena mencionar.


¿Nos costaría mucho aplicar esto a la vida individual de cada chileno? Si tu camino se ve muy nublado, no te sientas derrotado inmediatamente: costará, pero lo podrás lograr. No hay que rendirse. Si le pones todo el corazón, nada es imposible. Si trabajáramos cada uno con esa tenacidad que aflora a veces en nosotros, nuestro país sería mucho mejor.

Porque Chile, si quisieras, podrías.